miércoles, 1 de agosto de 2012

Formación: “Temas varios”- La Resurrección (IV)


Introducción
La resurrección de Jesús va más allá de la historia, por eso, además de haber podido dejar su huella refrendada por testigos -como ya vimos en el capítulo anterior-, sólo un acontecimiento real de una entidad radicalmente nueva era capaz de hacer posible el anuncio apostólico; que no se puede explicar sólo por especulaciones, o experiencias interiores, místicas. Con la resurrección de Jesús se ha alcanzado un nuevo futuro para la humanidad: se ha inaugurado una dimensión que nos afecta a todos y que ha creado un nuevo sentido de la vida, del ser con Dios.
Consecuencias de la resurrección de Jesús
-Jesús, con su Resurrección, ha instaurado el Reino de los Cielos.
Las consecuencias son tantas, que hemos acordado desarrollarlas en tres capítulos diferenciados: (I) Jesucristo. (II) La Virgen María. (III) Nuestra resurrección.
Trascendencia (I)  
¿Con qué finalidad resucitó? ¿En qué se traduce?; porque en todas las cosas de Dios hallamos un porqué, una razón de ser.
Jesucristo resucitado es el principio eficaz de la divinización de la humanidad, por haber obtenido en sí mismo la plena victoria sobre la muerte. Como don divino afecta al género humano. En la Biblia -en el Apocalipsis-, aparece como el “Primer resucitado”, por serlo en estado glorioso.
La resurrección de Jesucristo es un proceso glorificador que se comunica a su Cuerpo Místico, es decir, ha de verificarse en la Iglesia, pues lleva el dinamismo de un don divino a la humanidad.
Aquí tenemos el “Germen vital” del Reino de los cielos. Aquí se vislumbra el resultado final de una humanidad creada con un espíritu inmortal.
Él resucitó el día de Pascua; la Virgen María, primicia de Iglesia gloriosa, en el de su Asunción al Cielo; nosotros resucitaremos el último día.

Con la Ascensión de Jesús  aparece una nueva “PERSPECTIVA”

Sorprende leer que los discípulos estaban llenos de alegría después de que el Señor se había alejado de ellos -Lc 24, 45-53-, cuando lo “normal” hubiera sido lo contrario. Lo que se puede deducir es que los discípulos no se sienten abandonados; no creen que Jesús se haya “como disipado” en un cielo inaccesible y lejano. Evidentemente, están seguros de que el Resucitado, como Él mismo había dicho -Mt 28, 20-, está presente entre ellos; precisamente ahora, de una manera nueva y poderosa.
Además… les había prometido que iba a prepararles un lugar en la casa de su Padre-Jn 14, 1-4-
-Lo fundamental para el ser humano consiste en alcanzar la paz interior: la del Evangelio, “no dejándose arrastrar por doctrinas complicadas y extrañas a la fe” -Heb 13,9-. Gracias a Jesucristo resucitado podemos fortalecer la vida interior y tener vida eterna, vida divina. También, lo más importante de la Iglesia: su metabolismo sobrenatural, por el cual se diferencia de todas las demás organizaciones humanas. Sumo y eterno Sacerdote, Jesucristo vive y actúa -aunque invisible a nuestra mirada natural-, pero su acción se nota… Se ve cómo la resurrección de Jesucristo ilumina nuestra fe, fundamenta nuestra esperanza, enardece nuestra caridad. Además nos induce a buscar el Reino de los Cielos antes que ninguna otra cosa. Todo este proceso se va realizando en nosotros comenzando por lo más interior de la persona: el espíritu; se realiza por la fe y se acrecienta por las buenas obras. Poco a poco hay que trabajar la propia santidad (1), para, a semejanza de Jesucristo -pasando por la muerte-, llegar a la plena participación de su vida gloriosa, que se manifestará no sólo en el alma, sino también en nuestro cuerpo el día de la resurrección de la carne.(2)
 (1) Más adelante presentaremos un Tema monográfico sobre “La Santidad
 (2) Dentro de dos capítulos trataremos “La resurrección de la carne”.

La venida del Espíritu Santo -Hch 2, 1-11-
Es necesario seguir el mismo camino que los apóstoles con mucha humildad, fundamento para ir conociendo paso a paso la enseñanza del Reino de los Cielos revelado en el Nuevo Testamento y, también, abriendo los ojos a una realidad: su lucha con Satanás -1ª Jn 3, 8- y contra todo el poder de las tinieblas -Ef 6,11-18, lo que hoy se relega a tema poco menos que tabú.(3) Es preciso proseguir el camino por la senda de la naciente Iglesia, formada concretamente en Pentecostés: los de aquél primer núcleo conocieron directamente a Jesucristo y, como consecuencia, interpretaron fielmente sus enseñanzas. De la oración hicieron una actividad fundamental para la vitalidad de la Iglesia, en la que desde su principio, la presencia de María como verdadera Madre, ha otorgado el sello de una inefable garantía.
(3) Puede encontrarse el Tema “Ángeles y demonios”  en el índice de “Temas” de este Blog

Otros caminos de ayuda
-Se conoce también la Resurrección de Jesucristo por vía mística: experiencias bíblicas que representan un don eclesial. El testimonio de San Esteban al momento de morir “Veo los cielos abiertos y a Jesús a la derecha del Padre en su gloria”. El mismo Jesucristo revelándose a san Pablo en la Puerta de Damasco. La gran revelación de Jesucristo resucitado a san Juan en la Isla de Patmos, con el resultado del Apocalipsis (4), que corona la Sagrada Escritura con la más espléndida profecía sobre la Iglesia y la gloria celestial, son algunos ejemplos.
(4) Tenemos publicados, en este blog, 14 capítulos explicando “El Apocalipsis”

-En el terreno de la mística extrabíblica recordamos -entre otros-,  a san Francisco de Asís. A san Juan María Vianney -Párroco de Ars-. A santa Teresa de Jesús. A santa Margarita María Alacoque.
También hay que mencionar el conocimiento de Jesucristo resucitado por vía mística como medio de saber, en contraste con los medios experimentales científicos. Como las ciencias están fundadas sobre la materia, carecen de recursos para dar un veredicto con pleno conocimiento de causa sobre las realidades que pertenecen a la vida sobrenatural. En cambio, sobre la base de la fe, se puede colocar la experiencia mística y realizar una labor teológica y exegética, que la ciencia puede reconocer dentro de sus límites. Como la resurrección pertenece al orden de la vida eterna, sólo es posible conocerla por este proceso, y alcanzarla viéndola por la gracia.
Tengamos presente que la Resurrección de Jesucristo informa todo el Nuevo Testamento. Toda la historia de la Humanidad ha de recapitularse en Él, que es su punto Omega y nos da la vida eterna.
- Forma parte del mensaje de los testigos anunciar que Jesús vendrá de nuevo para juzgar a vivos y muertos, y para establecer definitivamente el Reino de Dios en el mundo.

SUBIÓ AL CIELO -Lc 24,50-53-, Y ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DE DIOS PADRE            -Lc 20,42. y Lc 22, 69-, Y DE NUEVO VENDRÁ CON GLORIA PARA JUZGAR A VIVOS  Y MUERTOS -Mt 25, 31-46-

Un “Adicional” a los efectos producidos por la Resurrección de JESUCRISTO
Hasta aquí, en nuestra exposición, nos hemos referido a las repercusiones en la Humanidad, en el Género humano. Quisiéramos ahora  proponer el que cada uno considere personalmente si también -y cómo-, repercute en su propia experiencia de fe.
Hay muchas personas que desde luego “no han visto ni tocado” a Jesús en su nuevo cuerpo transformado, pero sí que han tenido en su vida experiencias extremas en las que han podido reconocer SU intervención -“inequívocamente”-, por los acontecimientos medibles ocurridos. Suelen denominarse “encuentros” o “reconocimientos” que, cuando son auténticos, producen tal efecto en la persona receptora de ese don, que invariablemente cambia su vida en todos los aspectos: la deja marcada como si se tratase de un “sello” de fuego interior ya imborrable. Se le disipan las dudas, empieza a amar lo que antes le resultaba imposible, y pasa de forma inevitable -sin ya poderlo callar-, a anunciar el reino de Dios y a Jesucristo resucitado.  
Progresivamente, en el contacto íntimo con el Resucitado, van viviéndose experiencias jamás imaginadas anteriormente. Se llega a hablar de la Pascua como la fiesta del porvenir, al ir comprobando como la vida terrena sólo adquiere su verdadero sentido en la medida en que se percibe y anhela vivir la eterna junto al Padre. Estas personas han pasado a creer en Jesucristo resucitado como persona divina actuando en sus vidas; tienen: la vital experiencia cristiana de fe.
Serie: “Salmos extractados”
63  SALMO DE LA NOCHE ESPIRITUAL
Te busco Se­ñor; mi alma tiene sed de ti y languidece como tierra seca, ago­tada y sin agua. Pensando en ti medito en mis vigilias; exulto a la sombra de tus alas.

Serie: “Flashes”
Si tus labios profesan que Jesús es el Señor y tu corazón cree que Dios lo resucitó, te salvarás” -Rm 10, 9-.
Trascendente lectura donde se afirma el significado que  tiene esta confesión para el cristiano: ¡¡ es causa de salvación !!.
  
Ref.- La Biblia. Joseph Ratzinger. Mn. Eduardo Vivas Llorens. J L, Soldado del reino de Dios



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