lunes, 30 de junio de 2014

“Temas varios”- Destellos espirituales



CAPÍTULO (XI)
Introducción
Huellas en el camino espiritual  (5)
Aunque podríamos seguir añadiendo personajes del desierto, de los muchos más existentes, hemos creído mejor no prolongar este trabajo con nuevos capítulos de este estilo para evitar caer en una inevitable monotonía. Por ello, con este cerramos la serie de los Padres y Madres del Desierto, no sin antes hacer mención a san Atanasio(Obispo) y a san Jerónimo, por proceder de ambos los escritos que nos han aportado las primeras noticias de esta forma de vida sobre los monjes/as de los desiertos de Egipto.
Los Padres del Desierto (continuación)

Como consecuencia, en este capítulo ya no aparecen biografías ni fotos personales, sino dos relaciones: una de las Ammas del desierto y otra de los “dichos” de los Abbas, sin especificar sus nombres al resultar válidos en sí mismos para nuestros fines.  

LAS  MADRES  DEL  DESIERTO: Indice 
1- Primeras Ammas cristianas
No citadas en el Nuevo Testamento (tradiciones diversas)

Sta. Petronila, discípula de S. Pedro
Stes Felícula y Prisca, seguidoras de Petronila
Sta. Irene discípula de S. Timoteo
Stas. Ceneida y Filonia, primas de S. Pablo
Sta. Marcela, criada de Marta y María
Sta. Ifigenia, reina de Etiopía, discípula de S. Mateo

Vírgenes documentadas
Sta. Tecla, discípula de S. Pablo
Sta. Macrina la Vieja, discípula de S. Gregorio Taumaturgo
Sta. Macrina la Joven, nieta de la anterior, y hermana de los Stos. Basilio y Gregorio de Niza
2- Las Ammas más famosas del Desierto de Egipto
Amma Synclética, la más conocida de todas (tiene 27 apotegmas o "sentencias")
Ammas Mara, Cirina y Domnina (habla de ellas Teodoreto de Ciro)
Amma Sara (10 apotegmas) PM(90)
Amma Teodora (10 apotegmas)
Amma María, hermana de S. Pacomio (3 apotegmas)
Amma Isidora (año 365)
Amma Talida abadesa
3- Ammas menores
Amma Talis (4 apotegmas)
Amma Alejandra (4 apotegmas)
Amma Bassa (va a Palestina)
4- Ammas anacoretas
Amma Domnina (4 apotegmas)
Ammes Mapana y Cira (5 Apotegmas) habla de ella Teodoreto de Ciro
Amma Eufrasia (hija de Constantinopla)
5- Amma diaconisa 
Amma Olimpia, diaconisa bizantina (año 408) 
6- Ammas que son pecadoras convertidas
Amma Taís (año 290) habla de ella Pafnufi
Amma Maria egípcia (va a Palestina) habla de ella S. Sofronio, obispo de Jerusalén
Amma Maria siríaca, habla de ella S. Efrén
Amma Paísa
Amma Pelagia siríaca
Amma Eudoxia (s II) samaritana
7- Ammas que se disfrazan de monjes
Amma Eufrosina (Egipto)
Amma Teodora
Amma Anastasia (hija de Roma, que va a Egipto)
Amma Marina
Amma Apolinaria (hija de Roma va al desierto de Judá)
Amma Matrona (Constantinopla)
9- Matronas romanas
Sta. Elena (272) madre de Constantino
Amma Melania la vieja (Jerusalén)
Marcela y Fabiola (Roma)
Amma Paula (Belén)
Amma Eustòquia, hija suya (Belén)
Amma Paula la joven, nieta de Paula (Belén)
Amma Melania la joven, nieta de la otra Melania (Jerusalén) 
APOTEGMAS RESUMIDOS DE LOS SANTOS PADRES DEL DESIERTO

1

Se le preguntó a un anciano: «¿Cómo debe ser el monje?». Y contestó: «A mi modesto entender, solo ante el Solo».

2

Preguntaron a un anciano: «¿Por qué tengo miedo cuando voy al desierto?». Y respondió: «Porque vives todavía».

3

A un anciano le preguntaron: «¿Qué hay que hacer para salvarse?». El siguió tejiendo las palmas sin levantar los ojos de su trabajo, y contestó: «Lo que estás viendo».

4

Le preguntaron a un anciano: «¿Qué haces para no estar nunca desanimado?». Y contestó: «Espero la muerte cada día».

5

Uno preguntó a un anciano: «¿Por qué me desanimo continuamente?». Y respondió: «Porque no has visto todavía la meta».

6

Preguntaron a un anciano: «¿Cuál es el trabajo del monje?». Y él contestó: «El discernimiento».

7

Un hermano preguntó a un anciano: «¿De dónde vienen mis tentaciones de impureza?». Y el anciano respondió: «De comer demasiado y de dormir demasiado».

8

Se le preguntó a un anciano: «¿Qué debe hacer un monje?». Y respondió: «Practicar el bien y abstenerse de todo mal».

9

Los ancianos decían: «La oración es el espejo del monje».

10

Decían los ancianos: «No hay nada peor que juzgar».

11

Los ancianos decían: «No hay que hacer jamás ninguna concesión a los pensamientos».

12

Decían los ancianos: «La humildad es la corona del monje».

13

Los ancianos decían: «A todo pensamiento que te venga, dile: "¿Eres de los nuestros, o vienes del enemigo?". Y ciertamente él lo confesará».

14

Los ancianos decían: «El alma es una fuente: si profundizas se hace más limpia; si arrojas en ella estiércol, se ensucia».

15

Decía un anciano: «Yo creo que Dios no es injusto cuando saca de la prisión o arroja en ella».

16

Un anciano dijo: «El camino de Dios consiste en hacerse violencia en todo».

17

Dijo un anciano: «No empieces a hacer nada sin que antes hayas examinado tu conciencia, para saber si lo que vas a hacer es según Dios».

18

Un anciano decía: «Si un monje ora tan sólo cuando está en pie para la oración, no ora nunca».

19

Dijo un anciano: «He estado luchando durante veinte años contra un pensamiento para ver a todos los hombres como si fueran uno solo».

20

Decía un anciano: «De todas las virtudes la más excelente es la discreción».

21

Uno preguntó a un anciano: «¿Cómo adquiere el alma la humildad?». Y respondió: «Estando atenta tan sólo a sus propias faltas».

22

Decía un anciano: «Lo mismo que el suelo no puede caer más bajo, así también el humilde no puede caer».

23

Decía un anciano: «No he dejado que me reprendan en todo aquello que me ha llamado la atención».

24

Un anciano dijo: «Es vergonzoso para un monje haber dejado sus bienes, haber dejado su patria por el Señor, para ir al fin al infierno».

25

Decía un anciano: «Esta generación no se ocupa del hoy sino del mañana».

26

Un anciano decía: «Nuestro trabajo consiste en hacer arder la leña».

27

Dijo un anciano: «No te dejes enredar por las preocupaciones».

28

Decía un anciano: «La humildad no se enfada, ni enfada a nadie».

29

Dijo también: «Una vida ordenada, en la celda, colma de bienes al monje».

30

Un anciano dijo: «Desgraciado el hombre cuya reputación es mayor que sus obras».

31

Un anciano dijo: «La desenvoltura y la risa se parece al fuego que arde en el cañaveral».

32

Un anciano decía: «El que se hace violencia por Dios es igual a un confesor de la fe».

33

Dijo también: «Cuanto más loco se haga uno por el Señor, tanto más sabio le hará el Señor».

34

Un anciano decía: «Un hombre que tiene siempre ante los ojos la muerte supera siempre la falta de valor».

35

Dijo un anciano: «Esto es lo que Dios examina en el hombre: el pensamiento, la palabra y la obra».

36

Dijo también: «El hombre necesita esto: temer el juicio de Dios, odiar el pecado, amar la virtud y orar continuamente a Dios».


CONCLUSIÓN
Entre las cosas que hayamos podido aprender de los capítulos anteriores, hay dos de ellas que resultan conclusivas:
(1ª) -Si vivimos agitados y nerviosos durante todo el día, no podremos pretender que solo en un instante de silencio ya entremos en contacto con Dios.
(2ª) -El clima de silencio tiene que coger toda la vida, no por el mutismo, sino a través de una paz interior que es fruto de procurar unir tu voluntad con la de Dios.
SUGERENCIA
Revisar los 7 capítulos publicados sobre “La paz interior”.

Ref.- Distintas procedencias. J L, Soldado del reino de Dios y Antonio López Herrera