BUSCANDO ALCANZAR LA PAZ INTERIOR (y VII)
Presentación
En los seis capítulos precedentes hemos tratado de
lo que nos puede ayudar para alcanzar la
paz interior; ahora, en el presente, trataremos sobre cómo poder conservarla.
Introducción
En las personas que gozan de paz interior podemos observar una serie de
comportamientos muy definidos. Por ser consecuencias deseables de ver en
nuestros días -tan plagados de todo lo contrario- y, al mismo tiempo, por resultar
consustanciales con la paz interior, de todas ellas hacemos referencia a dos: la Libertad y la Alegría, que tratamos respectivamente al principio de este
trabajo y al final, cerrando el presente capítulo.
Se observa en
muchas personas el que, a pesar de sus creencias religiosas, aparecen en este
mundo como “encogidas”, “desanimadas”, “frenadas”, “temerosas” de………tantas y tantas cosas.
Con el fin de ayudar
a contrarrestar esa actitud tan negativa, que tanto perjudica al que la padece
y que da una imagen tan poco atractiva de una Iglesia viva y luminosa, incluimos
las siguientes referencias:
1ª).- “Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por tanto,
manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud”. -Gálatas 5, 1-2-.
Gracias al sacrificio de Cristo,
los que pasaban la vida como esclavos del pecado y el miedo a la muerte, quedan
libres
2ª).- Enseñanza
del Papa Francisco I:
“Jesús nos
quiere a los cristianos libres como Él”. Con aquella libertad que viene del
diálogo con el Padre, de este diálogo con Dios. Jesús no quiere cristianos
egoístas, que sigan el propio yo, que no hablan con Dios; ni cristianos
débiles, cristianos que no tienen voluntad, cristianos “a control remoto”,
incapaces de creatividad, que buscan siempre conectarse con la voluntad de
otro, y no son libres. ¡¡Jesús nos quiere libres!!
Y ¿dónde se consigue esta libertad?. En el diálogo
con Dios en la propia conciencia.
Si un cristiano
no sabe hablar con Dios, no sabe escuchar a Dios en su propia conciencia, no es
libre.
Un ejemplo
reciente de cómo es esta relación con Dios en la propia conciencia lo hemos
visto en el Papa Benedicto XVI. Cuando el Señor, en la oración, le ha hecho
comprender cuál era el paso que debía dar, ha seguido –con gran sentido de
discernimiento y valor-, su conciencia, o sea la voluntad de Dios que hablaba a
su corazón.
CÓMO CONSERVAR LA PAZ INTERIOR
De forma similar
a cuando tratamos del cómo alcanzar la paz interior dando unas referencias,
hacemos ahora al tratar del cómo mantenerla.
*Para mantener la
paz sólo hay una solución: apoyarnos únicamente en Dios con una confianza plena
en Él.
“Si no os hacéis como niños…..” –Mt 18, 3
-El combate espiritual consiste en defender la paz interior contra el enemigo que se esfuerza en arrebatárnosla.
Por eso, en ese combate, la gran
victoria del padre de la
Mentira –Satanás-, es conseguir poner en el corazón de un hijo de Dios la desconfianza hacia su
Padre celestial.
*Uno de los aspectos
dominantes del combate espiritual es la lucha en el plano del pensamiento,
por eso hay que
oponer unos pensamientos que puedan devolvernos la paz, frente a los que
intentan llevarnos a la confusión, al temor o al desaliento. Por su riqueza y
actualidad aconsejamos ver nuestro Tema “El Apocalipsis”
-explicado con claridad en 14 Cps-, y poniendo de manifiesto gran cantidad de
conceptos positivos.
Jesucristo puerta del cielo Ap IV,1
Los Tronos celestiales Ap IV,2-6
*Todos los
pensamientos que nos causan inquietud y agitación del alma no son en absoluto
de Dios; son tentaciones del enemigo y, por consiguiente, hay que rechazarlos y
no tomarlos en cuenta. -San Francisco de
Sales-
*La
inquietud es el motivo más frecuente de la pérdida de la paz interior ¡cuánto
nerviosismo!.
Consideración:Ocupados en muchas
cosas al mismo tiempo falta el sosiego para considerar qué es lo esencial, con
lo que se queda desbordado y no hay alegría. “Sólo una cosa es
necesaria” -Lc 10, 38-42-
La inquietud, la agitación
-No hay nada que conserve más nuestras
taras que la inquietud y la prisa por arrancarlas. -San Francisco de Sales-
La actitud debe ser el abandono en las
manos de Dios, que nos libra o nos da fuerza para soportar y transformar el
acontecimiento en beneficio nuestro.
*Moderar
nuestros deseos, incluso los mejores, pues si deseamos al estilo tenso,
precipitado y contrariados si no lo logramos inmediatamente, el alma se
inquieta y pierde la paz, dificultando la actuación de Dios.
En
ello coinciden todos los santos, y también nos ayuda la Palabra de la
siguiente manera: “Por nada os
inquietéis, presentad en toda oración al Señor vuestras peticiones y acción de
gracias. Y la paz de Dios guardará vuestros corazones y pensamientos en Cristo
Jesús”.
*La razón
fundamental por la cual podemos estar
siempre en paz, viene de la
confianza en la Palabra de Jesús.
“De su boca salía
una espada aguda de dos filos” Ap 1,16
La Palabra de Dios traída por Cristo salva al que la recibe y se adhiere a ella, y condena al que la rechaza y no cree.
La Palabra de Dios traída por Cristo salva al que la recibe y se adhiere a ella, y condena al que la rechaza y no cree.
Ver Tema: “El ser humano”
*Nunca se debe
olvidar la necesidad de la oración silenciosa como la auténtica fuente de la paz interior. El descanso en Dios en la
oración contemplativa.
-Para conseguir la
oración continua y mantener el alma en paz es preciso que Jesús more en ella. -JMª Libermann-
*El
arma principal del cristiano es la fe, la adhesión total a Cristo. Es esa paz interior
la que le permite luchar, no con sus propias fuerzas sino con las de Dios, que
le dice: “Te basta mi gracia, pues mi mayor fuerza se muestra en la debilidad”.
-2ª Cor 12,9-.
-Lo que realmente
inspira confianza es contemplar a Jesús -que da su vida por nosotros- y
alimentarnos de ese amor que nos
manifiesta en la Cruz.
-Alabado sea
Dios por las nuevas aflicciones que te envía; continúa dándole gracias y no te
quejes por nada de este mundo. -San Claudio de la Colombiére-.
El que no carga
con su cruz y me sigue-Mt 10,38
Comentario personal: Aunque parezca un contrasentido, es cierto que cada vez que se padece
se acude con más “intensidad” al Señor y Él te responde, con lo que se sale
fortalecido.
-Os ha guardado
hasta el momento, manteneos firm emente en manos de la divina Providencia y os
asistirá en todas las ocasiones y cuando
no podáis caminar, Él os llevará. -San Francisco de Sales-
PARA
CERRAR ESTE TEMA
La Alegría, según anunciamos al principio como segunda consecuencia de la paz interior.
La Alegría, según anunciamos al principio como segunda consecuencia de la paz interior.
Nota.- Sólo en los Evangelios aparece 24 veces. 56 en el
N.T. y 217 en toda la Biblia.
1).-Referida a la alegría de los discípulos: como cuando Jesús designa a un grupo de setenta y dos y los envía a trabajar en la mies. A su vuelta comparten con Él la alegría por la misión cumplida. El combate de los discípulos no ha sido contra el mal -abstractamente comprendido-sino contra el Maligno y sus demonios, a los que en SU nombre han vencido. No obstante a esa alegría aún sobrepone Jesús el que estén alegres “porque vuestros nombres están inscritos en el cielo”. -Lc 10, 17-20-
2).- La Escritura: “Dios, con el poder de su gloria, os
dará fuerza para soportar todo con paciencia y magnanimidad, con alegría.”
-Colosenses 1,
11-
3).-Como Norma de oro
San Francisco afirmaba: “Contra todas las
maquinaciones y las astucias del enemigo, mi mejor defensa es el espíritu de
alegría. Jamás el diablo está tan contento como cuando
ha podido quitar la alegría del alma de un siervo de Dios. Tiene siempre
en reserva un polvo que sopla en la conciencia a través de un tragaluz, para
hacer volver opaco lo que es puro; pero en vano intenta introducir su veneno
mortal en un corazón henchido de gozo. Nada pueden
los demonios contra un servidor de Cristo a quien encuentran lleno de santa
alegría; pero lo pueden en un alma apesadumbrada y deprimida que fácilmente se
deja sumergir en la tristeza o acaparar por falsos placeres”.
Por eso, el mismo
santo se esforzaba siempre en mantener el corazón lleno de gozo, conservar
este aceite de alegría que su alma había recibido. Cuidaba mucho el evitar la tristeza, la peor de las enfermedades, y cuando se daba cuenta de que ésta
empezaba a infiltrarse en su alma, inmediatamente recurría a la oración.
Decía:«En cuanto empieza a experimentar la primera
turbación, el siervo de Dios debe levantarse, ponerse a orar y permanecer ante
el Padre todo el tiempo necesario hasta que éste le haya hecho recobrar el
gozo del que está salvado».
-Tomás de Celano-
Biógrafo de san
Francisco de Asís y de santa Clara
SALMO 144 (II)
-El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se
doblan…cerca está el Señor de los que lo
invocan sinceramente.
Serie:
“Flashes”
-La soledad del que
está con Dios no es triste -San Rafaél Arnáiz (Hno.Rafael)- Sólo Dios basta-STJ
Cántico
Me has curado, me has hecho revivir, la
amargura se me volvió paz cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía y volviste
la espalda a todos mis pecados. -Isaías 38, 17-
Oración
-Señor, tú calmaste la tempestad del lago
cuando los apóstoles pensaban que iban a naufragar; te pedimos que, en medio de
todas las dificultades, tengamos la certeza de que permaneces junto a nosotros.
Ref.- La
Biblia. MAGNIFICAT. Alfa y Omega. Jacques Philippe. Mn.
Eduardo Vivas Llorens. J L, Soldado
del reino de Dios y Antonio López Herrera