Advertencias
-En esta parte venimos publicando (Breves
espirituales): diferentes “Secciones” con diversos contenidos
(“Miscelánea”); Y, en el margen derecho, se encuentra el Índice de Temas monográficos tratados con amplitud: La Creación (4cap);
Dios (5cap);
El ser humano (3cap); La Virgen María (4cap); Ángeles
y demonios (4cap); Palabra de Dios (6cap); Sagradas Escrituras (6cap); Libros
de la Biblia (2cap); El reino de Dios (2cap); El Apocalipsis (14cap); La
Oración (14cap); La Resurrección (9cap); Temas varios (27cap)
- Si recibes esta publicación por whatsapp, puedes
acceder a los capítulos de los “Temas”
arriba relacionados en internet: www.pastoralmisioneraeninternet.blogspot.com
Flashes
Bíblicos
-En una aparición de Jesús: "Palpadme y daos cuenta de que un
espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo”. -Lc 24, 35-
-Justificados por la fe, estamos en paz con Dios por
medio de nuestro Señor Jesucristo. Y nos gloriamos apoyados en la esperanza de
la gloria de Dios. -Rm 5,1-2-
Flashes
de santos y beatos
-Con Adán caímos en la soberbia; por eso, somos
humillados en Cristo para poder cancelar la antigua culpa con el remedio de la
virtud contraria. -San Paulino de Nola-
-Sé fiel al Señor. No por miedo, como un esclavo, sino
por amor, como un buen hijo. -Beato Guillermo José Chaminade-
Flashes
de Papas
- Dios habla a los hombres a través de esa belleza
única llamada María, Madre de Dios y Madre nuestra. -San Juan Pablo II- (Papa)
Flashes
de Personas destacadas
-No es lo más importante que la oración nos salve de
la enfermedad, sino que nos una a Dios. -Marko I. Rupnik,S.J.-
Flashes
de Enseñanzas
-Jesús no
nos llama discípulos o amigos, nos llama hermanos. He aquí la noticia
alegre de la Pascua: nos ha hecho hijos de Dios, su Padre. Rf.-Jn 20, 17-
Enseñanzas
¿Estáis enfermos ?
-Dice san Pablo a todo enfermo que está a
punto de perder la esperanza: Cristo, quien me curó a mí, me envió a ti,
diciéndome: Acércate a aquella persona sin esperanza y cuéntale lo que tuviste,
lo que curé en ti.
No perdáis, pues, la esperanza. Estáis
enfermos, acércate a él y recibid la curación; estáis ciegos, acercaos a él y
seréis iluminados. -San Agustín-
Cultura religiosa, aclaraciones
Esto mismo se atestigua en el comienzo de cada uno de los cuatro
Evangelios. San Mateo es con razón
figurado por el hombre, porque
empieza su Evangelio por la generación humana de Jesucristo. San Marcos por el león, porque empieza por la voz que clama en el desierto. San Lucas por el toro, porque comienza por el sacrificio, y San Juan dignamente por el
águila, porque parte de la divinidad de Jesucristo. -San Gregorio
Magno-
Doctrina
LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA (III)
Dignidad
de la conciencia moral
En lo más profundo de su conciencia descubre el
hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo. Porque el hombre
tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la
dignidad humana, y por la cual será juzgado personalmente.
La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario
del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el
recinto más íntimo de aquella. Es la conciencia la que de modo admirable da a
conocer esa ley, cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del prójimo.
Cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad
y el bien, la conciencia se va progresivamente entenebreciendo por el hábito
del pecado.
Grandeza
de la libertad
La verdadera libertad es signo eminente de la imagen
divina en el hombre. Dios ha querido “dejar al hombre en manos de su propia
decisión”, para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose
libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La dignidad
humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre
elección.
El hombre logra esta dignidad cuando, liberado
totalmente de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre
elección del bien y se procura medios adecuados para ello con eficacia y
esfuerzo crecientes. La libertad humana, herida por el pecado, para dar la
máxima eficacia a esta ordenación a Dios, ha de apoyarse necesariamente en la
gracia de Dios.
-Concilio
Vaticano II. Constitución dogmática sobre la Iglesia
en el mundo actual. Capítulo I, 16y 17.
JESUCRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS,
AL
TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS
125.
¿Qué eran «los infiernos» a los que Jesús descendió»?
Los «infiernos»
–distintos del «infierno» de la condenación– constituían el estado de todos
aquellos, justos e injustos, que habían muerto antes de Cristo. Con el alma
unida a su Persona divina, Jesús tomó en los infiernos a los justos que
aguardaban a su Redentor para poder acceder finalmente a la visión de Dios.
Después de haber vencido, mediante su propia muerte, a la muerte y al diablo
«que tenía el poder de la muerte» (Hb 2, 14), Jesús liberó a los justos, que
esperaban al Redentor, y les abrió las puertas del Cielo.
126.
¿Qué lugar ocupa la Resurrección de Cristo en nuestra fe?
La Resurrección de Jesús es la verdad
culminante de nuestra fe en Cristo, y representa, con la Cruz, una parte
esencial del Misterio pascual.
127.
¿Qué «signos» atestiguan la Resurrección de Cristo?
Además del signo
esencial, que es el sepulcro vacío, la Resurrección de Jesús es atestiguada por
las mujeres, las primeras que encontraron a Jesús resucitado y lo anunciaron a
los Apóstoles. Jesús después «se apareció a Cefas (Pedro) y luego a los Doce,
más tarde se apareció a más de quinientos hermanos a la vez» (1 Co 15, 5-6), y
aún a otros. Los Apóstoles no pudieron inventar la Resurrección, puesto que les
parecía imposible: en efecto, Jesús les echó en cara su incredulidad.
128.
¿Por qué la Resurrección es también un acontecimiento trascendente?
La Resurrección de
Cristo es un acontecimiento trascendente porque, además de ser un evento histórico,
verificado y atestiguado mediante signos y testimonios, transciende y sobrepasa
la historia como misterio de la fe, en cuanto implica la entrada de la
humanidad de Cristo en la gloria de Dios. Por este motivo, Cristo resucitado no
se manifestó al mundo, sino a sus discípulos, haciendo de ellos sus testigos
ante el pueblo.
129.
¿Cuál es el estado del cuerpo resucitado de Jesús?
La Resurrección de
Cristo no es un retorno a la vida terrena. Su cuerpo resucitado es el mismo que
fue crucificado, y lleva las huellas de su pasión, pero ahora participa ya de
la vida divina, con las propiedades de un cuerpo glorioso. Por esta razón Jesús
resucitado es soberanamente libre de aparecer a sus discípulos donde quiere y
bajo diversas apariencias.
130.
¿De qué modo la Resurrección es obra de la Santísima Trinidad?
La Resurrección de
Cristo es una obra trascendente de Dios. Las tres Personas divinas actúan
conjuntamente, según lo que es propio de cada una: el Padre manifiesta su
poder, el Hijo «recobra la vida, porque la ha dado libremente» (Jn 10, 17),
reuniendo su alma y su cuerpo, que el Espíritu Santo vivifica y glorifica.
131.
¿Cuál es el sentido y el alcance salvífico de la Resurrección?
La Resurrección de
Cristo es la culminación de la Encarnación. Es una prueba de la divinidad de
Cristo, confirma cuanto hizo y enseñó y realiza todas las promesas divinas en
nuestro favor. Además, el Resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, es el
principio de nuestra justificación y de nuestra resurrección: ya desde ahora
nos procura la gracia de la adopción filial, que es real participación de su
vida de Hijo unigénito; más tarde, al final de los tiempos, Él resucitará
nuestro cuerpo.
-Catecismo de la Iglesia católica. 2ª Sección. Capítulo Segundo: Creo en Jesucristo,
Hijo único de Dios. (632,638,645,647,648,651)
Sobre el
Apocalipsis
Ref.- Ap 21,22-27
LA VISIÓN BEATIFICA
(Se describe la Jerusalén
celestial como una ciudad no iluminada por algún fulgor sideral, sino solamente
por el resplandor de Dios).-Beato de Liébana-, L. XII-2,39.
De un modo semejante a como la plaza en una
población es el centro de su actividad social, también la Ciudad santa de la
Jerusalén celeste está orientada hacia su interior, hacia la esencia del único
Dios en Trinidad de Personas, y también
así como el templo, casa de Dios, presidía la Jerusalén de la tierra, como la
celeste es en su totalidad la morada de Dios, Él mismo la preside desde su
centro. Por tanto no hay templo, y toda la plaza es de oro, signo de la
divinidad.
En Jesucristo habita la plenitud de la
divinidad, porque en la unidad de la esencia divina, siendo tres las Personas,
éstas no pueden disociarse. Dios es Luz y en el resplandor de Jesucristo
Resucitado veremos la divina esencia. La visión
beatífica se produce en la misma naturaleza de Dios, Uno y Trino, comunicando
su gloria que es el resplandor de su santidad. Jesucristo glorioso es la
lámpara que ilumina por entero toda la Ciudad santa, de forma que no precisa de
ninguna otra antorcha.
Según se va avanzando en el Apocalipsis, se
ve como éste va descubriendo el Reino del Espíritu.
Cuantos en la Ciudad terrenal trabajaron
bien, encontrarán en la celestial el mérito de sus obras. En ella, ni el pecado
ni la imperfección tendrán cabida, por lo que para algunos ha de existir una
etapa purificativa, llamada Purgatorio. -Eduardo
Vivas y JL-
Flashes
de Salmos
Salmo 15
-Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. ®
Oración
breve
-Roguemos a Dios nuestro Padre que nos
ilumine para reconocerlo más y mejor en su Hijo y en nuestros hermanos.
Oración
al Espíritu Santo
-De la misma manera
que decimos que la adoración tiene que hacerse en el Hijo, ya que es la imagen
de Dios Padre, decimos que tiene que hacerse también en el Espíritu, puesto que
el Espíritu Santo expresa en sí mismo la divinidad del Señor. -San Basilio Magno-
Himno
de Resurrección. ¡Aleluya!
¡Aleluya!
Palabra con alas
que
llega en el aire
de
Resurrección.
¡Aleluya!
Paloma gozosa,
campana
en repique.
Mensaje.
Pregón.
¡Aleluya!
Palabra florida,
fiesta
de los brotes
que
abril estalló.
Y
saltan las piedras
de
todo sepulcro.
Renace
la vida,
se
estrena el Amor.
¡La
Vida! Celeste,
traslúcida,
pura.
Clara
maravilla;
detrás,
todo el Sol.
Cayeron
deshechas
las
densas cortinas,
el
alma va libre
como
un gorrión.
Que
un alto aleluya
repica
incansable
por
el aire ardiente
de
Resurrección.
Amén.
Ref.- Distintas
Fuentes. J L, Soldado del reino de Dios y Antonio López
Herrera