miércoles, 11 de abril de 2018

Breves espirituales. “Miscelánea” -LII-

Advertencias
-En esta parte venimos publicando (Breves espirituales): diferentes “Secciones” con diversos contenidos (“Miscelánea”); Y, en el margen derecho, se encuentra el Índice de Temas monográficos tratados con amplitud: La Creación (4cap); Dios (5cap); El ser humano (3cap); La Virgen María (4cap); Ángeles y demonios (4cap); Palabra de Dios (6cap); Sagradas Escrituras (6cap); Libros de la Biblia (2cap); El reino de Dios (2cap); El Apocalipsis (14cap); La Oración (14cap); La Resurrección (9cap); Temas varios (27cap)
- Si recibes esta publicación por whatsapp, puedes acceder a los capítulos de los “Temas”  arriba relacionados en internet: www.pastoralmisioneraeninternet.blogspot.com    
Flashes Bíblicos
-En una aparición de Jesús: "Palpadme y daos cuenta de que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo”. -Lc 24, 35-
-Justificados por la fe, estamos en paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Y nos gloriamos apoyados en la esperanza de la gloria de Dios. -Rm 5,1-2-
Flashes de santos y beatos
-Con Adán caímos en la soberbia; por eso, somos humillados en Cristo para poder cancelar la antigua culpa con el remedio de la virtud contraria. -San Paulino de Nola-
-Sé fiel al Señor. No por miedo, como un esclavo, sino por amor, como un buen hijo. -Beato Guillermo José Chaminade-
Flashes de Papas
- Dios habla a los hombres a través de esa belleza única llamada María, Madre de Dios y Madre nuestra. -San Juan Pablo II- (Papa)
Flashes de Personas destacadas
-No es lo más importante que la oración nos salve de la enfermedad, sino que nos una a Dios. -Marko I. Rupnik,S.J.-
Flashes de Enseñanzas
-Jesús no nos llama discípulos o amigos, nos llama hermanos. He aquí la noticia alegre de la Pascua: nos ha hecho hijos de Dios, su Padre. Rf.-Jn 20, 17-
Enseñanzas
¿Estáis enfermos ?
-Dice san Pablo a todo enfermo que está a punto de perder la esperanza: Cristo, quien me curó a mí, me envió a ti, diciéndome: Acércate a aquella persona sin esperanza y cuéntale lo que tuviste, lo que curé en ti.
No perdáis, pues, la esperanza. Estáis enfermos, acércate a él y recibid la curación; estáis ciegos, acercaos a él y seréis iluminados. -San Agustín-
Cultura religiosa, aclaraciones
Esto mismo se atestigua en el comienzo de cada uno de los cuatro Evangelios. San Mateo es con razón figurado por el hombre, porque empieza su Evangelio por la generación humana de Jesucristo. San Marcos por el león, porque empieza por la voz que clama en el desierto. San Lucas por el toro, porque comienza por el sacrificio, y San Juan dignamente por el águila, porque parte de la divinidad de Jesucristo. -San Gregorio Magno-
Doctrina
LA DIGNIDAD DE LA PERSONA HUMANA (III)
Dignidad de la conciencia moral
En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana, y por la cual será juzgado personalmente.
La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquella. Es la conciencia la que de modo admirable da a conocer esa ley, cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del prójimo.
Cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad y el bien, la conciencia se va progresivamente entenebreciendo por el hábito del pecado.
Grandeza de la libertad
La verdadera libertad es signo eminente de la imagen divina en el hombre. Dios ha querido “dejar al hombre en manos de su propia decisión”, para que así busque espontáneamente a su Creador y, adhiriéndose libremente a éste, alcance la plena y bienaventurada perfección. La dignidad humana requiere, por tanto, que el hombre actúe según su conciencia y libre elección.
El hombre logra esta dignidad cuando, liberado totalmente de la cautividad de las pasiones, tiende a su fin con la libre elección del bien y se procura medios adecuados para ello con eficacia y esfuerzo crecientes. La libertad humana, herida por el pecado, para dar la máxima eficacia a esta ordenación a Dios, ha de apoyarse necesariamente en la gracia de Dios.
-Concilio Vaticano II. Constitución dogmática sobre la Iglesia en el mundo actual. Capítulo I, 16y 17.
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JESUCRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS,
AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS
125. ¿Qué eran «los infiernos» a los que Jesús descendió»?
Los «infiernos» –distintos del «infierno» de la condenación– constituían el estado de todos aquellos, justos e injustos, que habían muerto antes de Cristo. Con el alma unida a su Persona divina, Jesús tomó en los infiernos a los justos que aguardaban a su Redentor para poder acceder finalmente a la visión de Dios. Después de haber vencido, mediante su propia muerte, a la muerte y al diablo «que tenía el poder de la muerte» (Hb 2, 14), Jesús liberó a los justos, que esperaban al Redentor, y les abrió las puertas del Cielo.
126. ¿Qué lugar ocupa la Resurrección de Cristo en nuestra fe?
La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, y representa, con la Cruz, una parte esencial del Misterio pascual.
127. ¿Qué «signos» atestiguan la Resurrección de Cristo?
Además del signo esencial, que es el sepulcro vacío, la Resurrección de Jesús es atestiguada por las mujeres, las primeras que encontraron a Jesús resucitado y lo anunciaron a los Apóstoles. Jesús después «se apareció a Cefas (Pedro) y luego a los Doce, más tarde se apareció a más de quinientos hermanos a la vez» (1 Co 15, 5-6), y aún a otros. Los Apóstoles no pudieron inventar la Resurrección, puesto que les parecía imposible: en efecto, Jesús les echó en cara su incredulidad.
128. ¿Por qué la Resurrección es también un acontecimiento trascendente?
La Resurrección de Cristo es un acontecimiento trascendente porque, además de ser un evento histórico, verificado y atestiguado mediante signos y testimonios, transciende y sobrepasa la historia como misterio de la fe, en cuanto implica la entrada de la humanidad de Cristo en la gloria de Dios. Por este motivo, Cristo resucitado no se manifestó al mundo, sino a sus discípulos, haciendo de ellos sus testigos ante el pueblo.
129. ¿Cuál es el estado del cuerpo resucitado de Jesús?
La Resurrección de Cristo no es un retorno a la vida terrena. Su cuerpo resucitado es el mismo que fue crucificado, y lleva las huellas de su pasión, pero ahora participa ya de la vida divina, con las propiedades de un cuerpo glorioso. Por esta razón Jesús resucitado es soberanamente libre de aparecer a sus discípulos donde quiere y bajo diversas apariencias.
130. ¿De qué modo la Resurrección es obra de la Santísima Trinidad?
La Resurrección de Cristo es una obra trascendente de Dios. Las tres Personas divinas actúan conjuntamente, según lo que es propio de cada una: el Padre manifiesta su poder, el Hijo «recobra la vida, porque la ha dado libremente» (Jn 10, 17), reuniendo su alma y su cuerpo, que el Espíritu Santo vivifica y glorifica.
131. ¿Cuál es el sentido y el alcance salvífico de la Resurrección?
La Resurrección de Cristo es la culminación de la Encarnación. Es una prueba de la divinidad de Cristo, confirma cuanto hizo y enseñó y realiza todas las promesas divinas en nuestro favor. Además, el Resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, es el principio de nuestra justificación y de nuestra resurrección: ya desde ahora nos procura la gracia de la adopción filial, que es real participación de su vida de Hijo unigénito; más tarde, al final de los tiempos, Él resucitará nuestro cuerpo.
-Catecismo de la Iglesia católica. 2ª Sección. Capítulo Segundo: Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios. (632,638,645,647,648,651)
Sobre el Apocalipsis 
Ref.- Ap 21,22-27
LA VISIÓN BEATIFICA
(Se describe la Jerusalén celestial como una ciudad no iluminada por algún fulgor sideral, sino solamente por el resplandor de Dios).-Beato de Liébana-, L. XII-2,39.
De un modo semejante a como la plaza en una población es el centro de su actividad social, también la Ciudad santa de la Jerusalén celeste está orientada hacia su interior, hacia la esencia del único Dios  en Trinidad de Personas, y también así como el templo, casa de Dios, presidía la Jerusalén de la tierra, como la celeste es en su totalidad la morada de Dios, Él mismo la preside desde su centro. Por tanto no hay templo, y toda la plaza es de oro, signo de la divinidad.
En Jesucristo habita la plenitud de la divinidad, porque en la unidad de la esencia divina, siendo tres las Personas, éstas no pueden disociarse. Dios es Luz y en el resplandor de Jesucristo Resucitado veremos la divina esencia. La visión beatífica se produce en la misma naturaleza de Dios, Uno y Trino, comunicando su gloria que es el resplandor de su santidad. Jesucristo glorioso es la lámpara que ilumina por entero toda la Ciudad santa, de forma que no precisa de ninguna otra antorcha.
Según se va avanzando en el Apocalipsis, se ve como éste va descubriendo el Reino del Espíritu.
Cuantos en la Ciudad terrenal trabajaron bien, encontrarán en la celestial el mérito de sus obras. En ella, ni el pecado ni la imperfección tendrán cabida, por lo que para algunos ha de existir una etapa purificativa, llamada Purgatorio. -Eduardo Vivas y JL-
Flashes de Salmos
Salmo 15
-Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. ®
Oración breve
-Roguemos a Dios nuestro Padre que nos ilumine para reconocerlo más y mejor en su Hijo y en nuestros hermanos.
Oración
al Espíritu Santo
-De la misma manera que decimos que la adoración tiene que hacerse en el Hijo, ya que es la imagen de Dios Padre, decimos que tiene que hacerse también en el Espíritu, puesto que el Espíritu Santo expresa en sí mismo la divinidad del Señor. -San Basilio Magno-
Himno
de Resurrección. ¡Aleluya!

¡Aleluya! Palabra con alas
que llega en el aire
de Resurrección.
¡Aleluya! Paloma gozosa,
campana en repique.
Mensaje. Pregón.

¡Aleluya! Palabra florida,
fiesta de los brotes
que abril estalló.
Y saltan las piedras
de todo sepulcro.
Renace la vida,
se estrena el Amor.

¡La Vida! Celeste,
traslúcida, pura.
Clara maravilla;
detrás, todo el Sol.

Cayeron deshechas
las densas cortinas,
el alma va libre
como un gorrión.

Que un alto aleluya
repica incansable
por el aire ardiente
de Resurrección.
Amén.

Ref.- Distintas Fuentes. J L, Soldado del reino de Dios y Antonio López Herrera