jueves, 27 de febrero de 2014

“Temas varios”- Destellos espirituales


CAPÍTULO (VII)
Presentación
Huellas en el camino espiritual (I)
Introducción
Entre las fuentes para nuestra formación religiosa, junto a la Revelación, ocupa un lugar muy importante la Tradición. Por eso creemos que sería provechoso, además de justo, recordar lo que aquellos antiguos creyentes nos han dejado como herencia con sus enseñanzas y vidas confirmadas en la fe hasta llegar al martirio. Con ello nos unimos a lo dicho por el Papa Clemente I:“Recorramos todas las generaciones y aprenderemos cómo el Señor, de generación en generación, concedió un tiempo de penitencia a los que deseaban convertirse a Él”.   

Comenzamos con los Padres Apostólicos como primer eslabón de esa larga cadena de Tradición de la que esperamos formar parte, ayudados por sus consejos, ejemplos y luchas para alcanzar el Reino de Dios.
Padres Apostólicos
Nociones generales:
Los Padres Apostólicos son los escritores que vivieron en el siglo I y la primera mitad del siglo II. Estos hombres conocieron a los Apóstoles o, al menos, estuvieron en íntimo contacto con ellos a través de los primeros discípulos. La colección de sus escritos sigue en importancia a los Evangelios y otros escritos del Nuevo Testamento, iniciando así la “nueva literatura cristiana”. Sus autores son como un eslabón inmediato que a través de los Apóstoles se unen directamente con Jesucristo. Son, pues, los primeros testigos de la Tradición. Por ello, la piedad y la espiritualidad cristiana de todos los tiempos ha encontrado en estas fuentes un alimento sano y fortalecedor; un cristianismo evangélico y apostólico, sencillo y fuerte, nutrido en la Eucaristía y el Evangelio, fortificado con la oración del Padrenuestro.

-Exhortan al sentimiento de amor a Jesucristo; a la obediencia a los Obispos; a la práctica de las virtudes cristianas; a cumplir  los mandamientos divinos, y a la esperanza del perdón de los pecados. “No gustemos otro cristianismo que el de los tiempos apostólicos” –Le Camus-
Nota.-El pormenor de los temas que tratan se hallan en sus obras publicadas, fáciles de encontrar.

San Clemente Romano –Papa San Clemente I (+100)

San Ireneo, en su libro “Contra las herejías” dice: “después que los Apóstoles Pedro y Pablo hubieron echado los fundamentos y edificado la Iglesia de Roma, encomendaron el servicio del episcopado a Lino”, a quien le sucedió Anacleto y a éste Clemente, que había visto y tratado a los Apóstoles y de quien conservaba en sus oídos su predicación.
Gobernó la Iglesia desde el año 88 al 97. Murió mártir del emperador Trajano, que lo había desterrado a Crimea, al sur de Rusia, teniendo que realizar trabajos forzados, con otros dos mil cristianos.
Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter a lo que respondió que no adoraba sino al verdadero Dios. Fue arrojado al mar con un ancla de hierro pesadísima atada al cuello, para que además de ahogarse no pudieran venerar los cristianos su cadáver; pero una gran ola devolvió su cadáver a la orilla. -En cuanto a este prodigio y a las fechas puede haber ciertas dudas, lo mismo que en otras biografías, debido a las distintas procedencia de los datos en aquella época-, pero consideramos más importante saber que era conocido por San Pablo, el apóstol de los gentiles, toda vez que aparece entre los elogiados por el Apóstol por la colaboración prestada a los filipenses –Fp 4, 3-.
Nota.- La carta de Clemente, escrita entre los años 96 y 98, es uno de los documentos cristianos más antiguos por su contenido dogmático y espiritual; junto al Evangelio, se leía muy a menudo en las reuniones dominicales.
 Enseñanzas
-Convertíos: Fijemos con atención nuestra mirada en la sangre de Cristo, y reconozcamos cuan preciosa ha sido a los ojos de Dios su Padre, pues, derramada por nuestra salvación, alcanzó la gracia de la penitencia para todo el mundo.
-El mismo Señor habló de la penitencia, diciendo: “Aunque vuestros pecados lleguen hasta el cielo, aunque sean como púrpura y rojos como escarlata, si os convertís a mí de todo corazón y decís: “Padre”, os escucharé como a mi pueblo santo”.
-Muchos senderos, pero un solo camino
Jesucristo es, queridos hermanos, el camino en el que encontramos nuestra salvación, él, el pontífice de nuestras ofrendas, el defensor y protector de nuestra debilidad.

-Por él contemplamos las alturas del cielo; en él vemos como un reflejo del rostro resplandeciente y majestuoso de Dios; gracias a él se nos abrieron los ojos de nuestro corazón; gracias a él nuestra inteligencia insensata y llena de tinieblas quedó repleta de luz; por él quiso el Dueño soberano de todo que gustásemos el conocimiento inmortal, ya que él es reflejo de la gloria del Padre y está tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado.
Militemos, por tanto, hermanos, con todas nuestras fuerzas, bajo las órdenes de un jefe tan santo. Que se conserve también entero este cuerpo que formamos en Cristo Jesús; sométase cada uno a su prójimo respetando los carismas que cada uno ha recibido.

San Ignacio de Antioquia. (+107)
Obispo de Antioquía, mártir cristiano y uno de los Padres Apostólicos de la Iglesia. Se llamó a sí mismo “Theophoros” -en griego: portador de Dios- y se cree que fue discípulo de San Juan Evangelista. Durante el reinado del emperador romano Trajano fue condenado a ser devorado por bestias salvajes para ser trigo de Dios, molido por los dientes de las fieras y convertido en pan puro de Cristo”, como él mismo escribió.
 Enseñanzas
Es autor de siete cartas: seis a las comunidades cristianas de Éfeso, Magnesia, Trales, Roma, Filadelfia y Esmirna, además de una carta personal al obispo Policarpo de Esmirna; todas ellas  redactadas en el transcurso de unas pocas semanas, mientras era conducido de Siria a Roma para ser ejecutado.
-Porque cuando frecuentemente os reunís en común, queda destruido el poder de Satanás, y por la concordia de vuestra fe queda aniquilado su poder destructor.
-Nada mejor que la paz, que pone fin a toda discordia en el cielo y en la tierra.
-Si tanta fuerza tiene la oración de cada uno en particular, ¿cuánto más la que se hace en unión con toda la Iglesia?.
-Obremos siempre conscientes de que Él habita en nosotros, para que seamos templos suyos y Él sea nuestro Dios en nosotros.
-Es mejor callar y obrar que hablar y no obrar.
-El principio es la fe, el fin es la caridad. El que profesa la fe no peca, y el que posee la caridad no odia. Cuando ambas virtudes van a la par, se identifican con el mismo Dios.


-Buena cosa es enseñar, si el que enseña también obra.

- El árbol se conoce por sus frutos. Por nuestros frutos nos reconocerán.

-Cristo nos ha llamado a su Reino y Gloria.

-No os dejéis engañar por doctrinas extranjeras ni por viejas fábulas inútiles.

-Una sola oración y una sola esperanza en la caridad y en la santa alegría.

- Ser cristiano no sólo de nombre, sino también de hecho.
-No queráis a un mismo tiempo tener a Jesucristo en la boca y los deseos mundanos en el corazón.
-Jesucristo es boca que no engaña, por la que el Padre ha hablado verdaderamente.
-No quiero agradar a los hombres, sino a Dios.
-Os exhorto a caminar según el pensamiento de Dios. Porque Jesucristo es el pensamiento del Padre.

San Policarpo
Obispo de Esmirna, (en la actual Turquía). (Vivió 86 años)
Discípulo del Apóstol San Juan, quien le encomendó el episcopado. Fueron discípulos suyos Papías e Ireneo. Su nombre significa “el que produce muchos frutos de buenas obras”.
-En la cuarta persecución después de Nerón, en presencia del procónsul de Esmirna, fue condenado a morir quemado vivo en la arena del anfiteatro de la capital de la provincia de Asia, al haber rechazado la tentación que le fue presentada de adorar al Cesar y renunciar a Cristo para salvar la vida, a lo que contestó:
 “Ochenta y seis años llevo sirviendo a Jesucristo y Él nunca me ha fallado en nada ¿Cómo le voy  yo a fallar a Él ahora? Yo seré siempre amigo de Cristo”.
*Fue condenado a morir por el fuego entre las llamas, recibiendo finalmente la corona del martirio atravesado por la espada.
 -Amó y supo enseñar el amor único y verdadero.
-Escribió una Epístola a los Filipenses sobre: el anticristo; la avidez :”principio de todos los males es el amor al dinero”; casadas y viudas; ejemplo de Jesucristo; exhortaciones; heroísmo de los mártires, juicio humano y juicio divino, la mansedumbre, oración del mártir, la pureza.

San Papías
Obispo de Hierápolis, en Frigia, Asia Menor. (69 a 150)
Había oído predicar al Apóstol San Juan y fue discípulo de Policarpo de Esmirna.
Enseñanzas
De su obra: “Explicaciones sobre las sentencias del Señor” (año 130), no se conservan completos los cinco tomos, sino solamente fragmentos transmitidos por San Ireneo y Eusebio. Sus citas se refieren a los evangelios de San Mateo y San Marcos.
-De él procede el testimonio más antiguo sobre la autoría del Evangelio de San Marcos, en su obra: "Exégesis de los oráculos de Jesús", en unos fragmentos que se recogen en la "Historia Eclesiástica" de Eusebio de Cesarea (siglo IV). En uno de ellos dice: Marcos, como intérprete de Pedro, escribió con exactitud, aunque sin orden, todo lo que recordaba de los dichos y hechos de Jesús.
- Ireneo lo menciona como compañero de San Policarpo.
-Hay distintas versiones sobre él y cómo murió, pero una de ellas describe el que siendo soldado pagano se convirtió en presencia del testimonio de los mártires Saturnino y Sisinio; que fue apresado y que pudo ser bautizado por el Papa San Marcelo. Que dio testimonio de su fe en Cristo en Roma, ante el Prefecto Laudicio -probablemente en la persecución de Diocleciano-, y que murió apedreado, empalado y atormentado con plomo derretido. Fue enterrado por los cristianos en las catacumbas de la Vía Nomentana.
También existe alguna versión señalándole defectos (por ej. su doctrina sobre el milenarismo). Con todo, a pesar de sus limitaciones, lo que se conserva de su obra tiene gran importancia, pues contiene algo de inestimable valor como es la enseñanza oral de los discípulos de los Apóstoles, “que aprendí muy bien y grabé en mi memoria, porque pensaba yo que los libros no pudieran serme de tanto provecho como lo que viene de la palabra viva y permanente”.
Así lo cuenta él mismo:
Cuando me encontraba con alguno de los que habían vivido en compañía de los presbíteros, me preocupaba por saber lo que ellos habían dicho, lo que dijeron: Andrés, o Pedro, o Felipe, o Tomas, o Santiago, o Juan, o Mateo, o algún otro de los discípulos del Señor; igualmente, lo que dice Aristión y el anciano Juan, discípulos del Señor”.
-En resumen, nada impide que Papías sea reconocido como un Padre Apostólico, por su papel de puente entre la generación de los Apóstoles y la de las primeras grandes síntesis teológicas.
San Jerónimo lo incluye entre los santos de la antigüedad cristiana.

Observación
Se consideran incluidos en este grupo como escritos apostólicos: “La Didajé” (compendio de la doctrina de los Apóstoles, de autor desconocido y escrita sobre el año 97); “El Pastor de Hermas”, que comprende cinco visiones (referidas a la Iglesia), doce mandamientos y diez semejanzas. Por último la “Carta de Bernabé”, tratado anónimo y polémico con dos partes:1ª de corte antijudío (críticas) y la 2ª, que es un manual catequético.

Ref.- Distintas fuentes. J L, Soldado del reino de Dios y Antonio López Herrera