TRES SACRAMENTOS RELACIONADOS CON LA RESURRECCIÓN (final)
INTRODUCCIÓN
La enfermedad en la vida humana
La
enfermedad
y el sufrimiento se han contado siempre entre los problemas más
graves que aquejan la vida humana. En la enfermedad, el hombre
experimenta su impotencia, sus límites y su finitud. La enfermedad
puede conducir a la angustia, al repliegue sobre sí mismo, a veces incluso a la
desesperación y a la rebelión contra Dios; pero, también, puede hacer a la
persona más madura, ayudarla a discernir en su vida lo que no es
esencial para volverse hacia lo que lo es. Con mucha frecuencia, la
enfermedad empuja a una búsqueda de Dios, un retorno a Él.
UNCIÓN DE ENFERMOS
¿Qué es?
La Iglesia
cree y confiesa que, entre los siete sacramentos, existe uno especialmente
destinado a reconfortar a los atribulados por la enfermedad: la UncÍón de los enfermos. Fue instituido por Cristo nuestro Señor como un sacramento del Nuevo
Testamento. Jesús envía a los discípulos a ungir con óleo santo
a los enfermos y curarles. -Mc 6, 7-13-. Ver, también, Santiago 5, 14-15.
En el
transcurso de los siglos, la Unción de los enfermos fue
conferida, cada vez más exclusivamente, a los que estaban a punto de morir. A causa de esto, había recibido el nombre de
«Extremaunción». No obstante, posteriormente, se dispone que la Unción de los enfermos «no es un sacramento sólo para aquellos que están a punto
de morir; por eso, se considera tiempo
oportuno para recibirlo cuando el fiel empieza
a estar en peligro de muerte por enfermedad o vejez».
Jesús
envía a los discípulos a predicar y sanar
Necesidad de
este sacramento
El cristiano
que aspira a entrar en la Jerusalén Celeste y conocer al Esposo en la
gloria del Padre, y participar en las bodas reales, ha de presentarse con el
vestido blanco libre de toda mancha de culpas y faltas pasadas. Para ello el
Esposo -Cristo misericordioso-, lo unge con óleo por manos de su sacerdote para
purificarle con este rito sacramental que lava sus pecados con la Sangre del
Cordero.
¿En qué
consiste?
Como en todos los
sacramentos, la Unción de los enfermos se celebra de forma litúrgica y
comunitaria, teniendo lugar en familia, en el hospital o en la iglesia, para un
solo enfermo o para un grupo de enfermos. Es muy conveniente que se celebre
dentro de la Eucaristía, memorial de la Pascua del Señor, sacramento del paso de la muerte a la
vida, de este mundo al Padre.
El sacramento
se administra por los presbíteros de la Iglesia, a los gravemente enfermos, orando -con
los fieles acompañantes- en la fe de la Iglesia y, luego, ungiéndolos en la
frente y en las manos con óleo debidamente bendecido por el Obispo, y
pronunciando una sola_vez estas palabras: «Por esta santa unción, y por su bondadosa misericordia, te ayude
el Señor con la gracia del Espíritu
Santo, para que, libre de tus pecados, te conceda la salvación y te
conforte en tu enfermedad».
Aclaración
- Se unge el cuerpo del enfermo -su
carne- no sólo para que recobre
fuerzas y que su espíritu se eleve en esperanza aguardando la hora del Señor,
sino que además, proféticamente, se refiere a la misma resurrección de la
carne, para asemejarnos, a través de la muerte, con Jesucristo resucitado.
Advertencia
Si un
enfermo que recibió la unción recupera la salud, puede,
en caso de nueva enfermedad grave, recibir otra vez este sacramento.
Recomendación
Es frecuente que cuando se
requiere la presencia del Sacerdote, éste se encuentre al enfermo sin
conocimiento o recién muerto. Además la familia suele dejar al Sacerdote sólo
con el enfermo. Por ello, los fieles deben animar a los enfermos y sus próximos a
llamar al sacerdote para recibir este sacramento cuando aún hay consciencia. Es deber de los pastores instruir a los
fieles sobre los beneficios de este sacramento.
¿Qué efectos
puede producir en el que lo recibe?
-La gracia primera de este sacramento es de
consuelo, de paz y de ánimo para vencer las dificultades propias del estado de
enfermedad grave o de fragilidad de la vejez. Esta gracia es un don del
Espíritu Santo que renueva la confianza y la fe en Dios y fortalece contra las
tentaciones del maligno, especialmente las de desaliento y angustia ante la
muerte.
En numerosos pasajes del Evangelio vemos como Jesús curaba el cuerpo y
también el alma. Cristo vino a curar al hombre entero. Este es uno de
los efectos de este Sacramento, pues con esta
asistencia el Señor -por la fuerza de su Espíritu-, quiere
conducir al enfermo a la curación del alma, pero también
a la del cuerpo, si tal es la voluntad de Dios. Además, «si
hubiera cometido pecados, le serán perdonados».
El sacramento de la unción de los enfermos,
“unge” precisamente el cuerpo y entre los efectos
del mismo purifica, contribuyendo así a ser señal de esta futura resurrección de la carne.
Sobre cómo
influye la actitud del enfermo
La enfermedad es un hecho incontrovertible, pero
hay una gran diferencia entre el enfermo que tiene o no fe. Si no la tiene, el
enfermo se sumerge en un mundo interior de angustia quedándose sin horizonte,
cayendo en la depresión, perdiendo la moral. El que tiene fe, saca recursos de
su corazón que le elevan. Quien tiene fe encuentra en Jesucristo crucificado un
motivo de unir su dolor al de la pasión, con esperanza de resurrección; así, el sufrimiento -secuela
del pecado original-, recibe un sentido nuevo:
viene a ser participación en la obra salvífica de Jesús.
¿Cómo se cumple
en este sacramento el ciclo de analogía con la resurrección: Vida. Muerte.
Nueva vida?
1.-El
enfermo,
con independencia de su estado de gravedad, no deja de ser una persona viva. 2.-Por otra parte, toda enfermedad puede hacernos entrever la muerte. 3.-Por último, este sacramento adquiere el sentido de ser signo
profético de la resurrección gloriosa. Predispone,
a la resurrección: la nueva y
definitiva vida.
Serie: “Salmos
extractados”
71 SALMO DEL ANCIANO
Tú eres mi esperanza, Señor; en ti tengo mi apoyo desde el seno de
mi madre y mi confianza desde
la juventud. No me abandones
cuando decaiga mi vigor y a la hora de la vejez no me
rechaces.
Ref.- La
Biblia. Catecismo de la Iglesia Católica. Mn. Eduardo Vivas Llorens. J L, Soldado del reino de
Dios